No puedo pasarme el día poniendo aquí los artículos de Muñoz Molina del Babelia, son todos maravillosos, ya casi nunca guardo nada de lo que leo, me he dado cuenta que necesitaría otra vida para volver a leerlo y ya en su día me desprendí de todos los artículos de el país semanal de Rosa Montero, Maruja Torres y Gala, si, Gala, jaja, me encantaban sus series de artículos en los 90, un día me puse a leerlos por encima y me di cuenta que ya no tenía 20 años y me puse un poco triste además, también me alegré porque por nada del mundo volvería a tener 20 años, pero por eso, así que no creo que ya me vayan a servir para mucho, también creo que tiré los del propio Muñoz Molina.
Así que creo que va siendo hora de quitar lastres, va a hacer ya 6 años de mi ultima mudanza, a mi las mudanzas me han servido para eso, para limpiar de papeles mis rincones, cuando digo limpiar no es tirar y ya está, eso lo haría en una hora, sino a ojear todo lo que he ido guardando por algún motivo a la espera de una criba definitiva, ahora tengo un trastero con lo cual limpio poco, pero veo que ya me va haciendo falta. He pensado que voy a dedicar el viaje de venir a la oficina para ir leyendo o releyendo algunos de esos papeles y ver si algo merece la pena, así que el 2010 será año oficial de limpieza paperil. Veremos como está la cosa en diciembre, si no si que tendré que tomar la determinación de tirar todos los papeles y punto.
El caso es que este babelia de Antonio creo que si que voy a guardarlo porque me ha llegado muy adentro.
Como cada vez que voy a la estación con tiempo de sobra me he acordado de mi padre, que tenía un miedo extraordinario a llegar tarde a los trenes y a los sobresaltos de última hora, y que por lo tanto salía con una anticipación que a todos nos parecía ridícula, pero que a él le garantizaba una paz perfecta, dejándole en la cara una expresión descansada y risueña de viajero sin apuro. He abierto el libro cuando el tren se ha puesto en marcha pero al principio, durante un largo rato, no he leído nada, dejándome solamente llevar, la cabeza apoyada en el respaldo, la cara vuelta hacia la ventanilla, disfrutando del alivio que siempre hay en una partida, cediendo a una grata somnolencia que es reparadora pero no tan profunda como para que las manos suelten el libro o dejen que se cierre.
En algo se parecen el disfrute de los libros y el de los trenes: en primer lugar, se combinan muy bien entre sí y se refuerzan mutuamente; y hasta no hace mucho los dos parecían condenados al anacronismo por la irrupción de tecnologías mucho más innovadoras.
No me hace falta ver fotos como estas, para saber cual es mi bahía favorita, lo de la bahía con las montañas es lo que la hace mágica y especial en invierno cuando nieva. Pero ahora tengo atardeceres, ayer fui a dar una vuelta por el h2 ocio, me compre unas manoplas por un euro, y unos pendientes y un collar por otro euro, si ya dije que no iba a haber más rebajas.. y al salir ya era de noche prácticamente pero habia un atardecer de 5 colores, en el horizonte se veia primero de color naranja, arriba verdemar, despues celeste, azul, y ya la oscuridad con el primer lucero.
Sigo con los boy genius a todas horas, a mi me recuerdan a unos pavement en pop, el caso es que este va a ser mi primer hit del año, junto a blame love que ya puse el otro día. Y otra más, ramona saves the day
Mostrando entradas con la etiqueta antonio muñoz molina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta antonio muñoz molina. Mostrar todas las entradas
viernes, enero 22, 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)