Thalia

Hace una semana fui al concierto de Thalia Zedek. Logré vencer la pereza de los conciertos en lunes gracias a que en conciertos entresemana me quedo en casa de mi amiga Isa. Así dimos un paseo, y vi al hippie que ya me quiere con locura y se apoya en mis piernas para que le de masajes, qué bicho!!

Y no se que me pasó pero no acabé de meterme en el concierto y no lo disfruté como tenía que haber sido. A mi me gusta mucho esta mujer, es una de esas artistas cuya vida son sus canciones, cuya música es rugosa y áspera, que tiene un punto de melancolía y dolor que no te deja inmune y tal vez fuera eso que yo no estaba para que algo así me llegara a lo más hondo. A mi me gusta mucho Thalia porque su música no me recuerda a ninguna otra, me gusta su voz masculina, ese aspecto andrógino de muchas artistas americanas. Y me gusta mucho que en sus canciones haya una viola. Esa viola que hace que ahí ya si se te claven las canciones. Y su batería, que bien, como la miraba y seguía. fue una pena que el pianista no pudiera asistir pero es que estaba ingresado en el ramon y cajal, aunque thalia dijo que se iba a poner bien pero necesitaba un descanso. La sorpresa de la noche (lo cuento porque es que nunca me pasan estas cosas asi ya puedo decir que fui a un concierto con sorpresa), fue nacho vegas, acompañando a thalia a la guitarra en su última canción, la maravillosa versión que hace del dance me to the end of love de cohen aparecida en su discobeen here and gone.

Hay algo de lo que no he hablado y es de sus ojos, lo cuenta mucho mejor Oscar García. Así que os dejo sus posts y sus fotos, éste y éste.