sábado, febrero 20, 2010

Auroras y Nanas



En nuestros primeros años en benalmadena el paseo de las noches era siempre el mismo, ibamos por la carretera de la costa hasta 24 horas y en el camino había una terraza con un tablao flamenco, yo sólo recuerdo que nos encantaba, st y yo nos sentabamos en la palmera y mis sufridos padres de pie hasta que nos aburriamos, lo de sentarse en la terraza era un lujo. El caso es que yo recuerdo con autentico cariño aquella terraza, lo que recuerdo era a una mujer joven muy guapa que bailaba muy bien, y pensandolo ahora creo yo que realmente tenian arte y no era cosa de flamenco para turistas. A mi me llamaban la atención dos cosas, que la bailaora no fuera con el tipico traje de faralaes sino con una maya escotada negra y una falda muy sencilla, larga, y que solo tenia 2 volantes en la parte de abajo, lo que más me gustaba era el taconeo. Y la otra era que habia un violinista, un señor muy mayor, y muy arrugado, el violinista no tocaba siempre, a mi aquello me sonaba a gloria y me parecía muy raro, por eso me fascinaba. Supongo que sería un palo tipico malagueño, yo es que soy una inculta del flamenco, de hecho sigo sin aclararme muy bien con los palos, que st siempre se rie de mi, que se le va a hacer, yo escucho flamenco y disfruto y siento sin más, que luego sea una buleria o una alegria o unos tangos me da un poco igual la verdad. Tampoco me ha gustado siempre, tuve mis años adolescentes de pensar que camaron era un rollo, en la universidad seguía pensandolo hasta que un día cogí unos de los discos de st y aquello no sólo me gustó sino que no podía entender porque llevaba tantos años rechazandolo, yo creo que aquellos discos primeros de ketama, y sobre todo el de ray Heredia (disco al que estuve más que enganchada) ayudaron.

Me temo que mi crónica del sábado con Morente va a ser muy pobre, por eso, porque yo de flamenco no entiendo. Ya le vi hace unos años en el mismo festival de flamenco de caja Madrid, que parece que es la única manera, aquel concierto fue muy emocionante, cantó el manhattan de cohen que a mi me gusta más que la original y una cancion maravillosa, la aurora de Nueva York, todavía se me encoge el corazón al escucharlo. En fin este va a ser otro concierto de ojos llorosos.

La aurora de Nueva York

(Federico García Lorca - Gabriel Sopeña)

La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.

2 comentarios:

Manuel Márquez dijo...

¿La de la foto eres tú, compa Viola? Qué pasada, y qué camp, y qué tierna estampa... Yo, de flamenco, ni papa: ni entiendo, ni me gusta, ni me ha llamado nunca mayormente la atención, salvo alguna cosa muy puntual. Pero, bueno, con toda la música en general me pasa lo mismo (me refiero a lo de entender, no a lo de gozar: gozar, gozo de muchas, afortunadamente, aunque no de tantas como tú, creo...).

Un fuerte abrazo y buen día.

Viola Tricolor dijo...

Hola Manuel, sí, soy yo :).
Me suena que ya me habias dicho que no te gustaba el flamenco. A mi si me gustaría entender de flamenco, el lenguaje del flamenco me parece precioso, cuando leo una crónica o algún libro me gusta mucho. Es cuestión de ponerse pero tengo tantas cosas con las que ponerme... Por suerte para nosotros lo de gozar es fácil :),

Otro beso más, gracias por comentar